El mundo va evolucionando y con él, van surgiendo nuevas formas de pensar en la humanidad. Hoy en día, muchos hechos que anteriormente eran considerados vulgares o negativamente correctos forman parte de nuestra cotidianidad.
Así, no sólo la maldad humana y otros problemas sociales nos acompañan en la constante búsqueda de la felicidad, también las nuevas formas de pensar que han aceptado hechos de personas, que por no usar malas palabras, etiquetaría como mal educadas. No son más que aquellas que hacen de la vida un mundo triste, con una pobreza intelectual que no deja ver más allá de nuestras fronteras y de allí surgen las críticas, los sueños incumplidos y las malas comunicaciones que llegan a convertidse en guerras.
Sólo si supiéramos educar a esa gente, sólo si ellos se interesarían, sólo y sólo si el mundo no estuviera al revés, pudiéramos comprendernos, comunicarnos e igualarnos; hacer de nuestro alrededor un ambiente de armonía donde aceptamos a los demás y a sus sueños, sin niveles de importancia.
Es la gente mal educada la que no sabe decir una buena frase o un cumplido ante las buenas cosas, es quien no valora lo bueno por haberse hecho con amor y no por dinero; además, cuando esas cosas son finalmente valoradas se las atribuyen como propias. Es quien teme mostrarse débil o común a todos por perder respeto, pero esas estrellas que muy alto están no tienen luz propia pues el cielo donde habitan es sólo su en conciencia, sucia y llena de ego, con un solo objetivo, SER LOS PRIMEROS. Señores, si quisiéramos cambiar no enumeraríamos todo y no le diéramos importancia a lo que hoy en día le damos, el dinero. Y es que no sabemos decir, solo sabemos criticar pues es la única vía que nos llevará a ser los primeros: mal educados.
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